Los 80’s fue la década parteaguas de las últimas tecnologías, quienes se formaron en esos años y siguen vigentes en el ámbito profesional cuentan con los “skills” y experiencias necesarias para llevar a buen final cualquier proyecto que emprenden, aunque la actualización tiene que poner de su parte.
Los esposos Martín Salazar Salazar (1968) y Dianella Reyes Cardeña (1969) son claro ejemplo de ello, estudiando Comunicación en el extinto ICSMAC (Instituto de Ciencias Sociales de Mérida) se formaron de manera integral “Cuando Martín empezó con Secosur (Servicios de Comunicación del Sureste, nombre de su empresa), todos eran empíricos, nosotros teníamos la formación académica y eso fue nuestro valor diferenciador, que nos ha traído éxito”, comenta Dianella.
“Creo que eso ha sido la razón por la cual ahora viven aquí, en una privada a las afueras de Mérida, que parecería una casa de campo. Casi ningún meridano lo hace ¡Se dieron el gusto!”
Martín (ríe) “La realidad es que tiene dos objetivos, aparte de estar más relajados en medio del campo y parecería que es una casa de retiro, estamos a dos pasos de Periférico y en una ubicación estratégica, para movernos a todas las haciendas”
“Eso es verdad, pero si no me equivoco, tu empezaste queriendo hacer documentales acabando la carrera a principios de los 90’s, aquí se le relaciona a Martín con su camarota Betacam, su camisa y su gorra ¡No haz cambiado en todos éstos años!”
Soltando carcajadas ambos, Dianella aprovecha para introducir como conoció a Martín “Él estaba una generación más adelantada que la mía. Nos conocimos de manera casual, yo ya le había echado el ojo. Él decía que mis amigas y yo éramos «muy odiosas». A mí me gustaba porque se salía del estándar de los muchachos comunes usaba botas, lo que me resultaba atractivo. Le dije a una amiga que Martín me gustaba, y ella me retó a hablarle con apuesta de una Diet Coke. Me acerqué y le pedí prestado un libro, así empezamos. Terminamos la carrera. Llevamos casi treinta y dos años de casados y fuimos novios cuatro años y medio.”
“¡Qué curiosa historia! Y eso que tu ni siquiera ibas a estudiar comunicación Martín”
Martín, sonrojado nos cuenta “Mira, yo soy de Tabasco, llegué a Mérida con el propósito de ver la escuela de arquitectura de la UADY, que tenía mucha fama. Quería estudiar arquitectura, específicamente una rama que solo manejaban allí: la fotografía reconstructiva, que permitía reconstruir edificios a partir de fotos, antes de Photoshop o inteligencia artificial. Sin embargo, ya habían terminado las admisiones y no había cupo. Dos amigos habían empezado a estudiar en el ICSMAC, fui con ellos y escuché una plática para admisión, y se me hizo interesante porque ya había hecho cosas de comunicación en algún momento de mi vida y me quedé. Mi intención desde el principio en el ICSMAC era dedicarme a hacer documentales. Hice un documental en la escuela referente a naturaleza. Más adelante, ya saliendo de la carrera, hicimos una serie grande para el Instituto Nacional Indigenista sobre condiciones sociales y naturales, y otros para Pronatura. Incluso hicimos trabajo de documental político durante campañas. De ahí nació
Secosur, que significa Servicios de Comunicación del Sureste, en el año de 1991. El nombre abarca todo el espacio amplio de trabajo en comunicación, que antes era muy disperso entre televisión, documentales y radio. Poco a poco, se fue dirigiendo de la producción hacia los eventos.”
Dianella agrega “Fuimos la primera empresa en crear el concepto de servicio integral al cliente en congresos y convenciones. Empezamos con equipos de medio uso, algunos regalados, como un proyector inmenso y pesado que tardaba hora y media en ajustarse.”
“Pero ahora son los reyes de producciones de las bodas destino hoy, y siempre han tenido la excelencia en congresos y convenciones, hubo alguien que tuvo que creer en ustedes y los haya convencido de dar ese paso, aparte obvio, del mercado creciente ¿Quién fue?”
“Betty Gómez, dueña de Maelca, empresa especializada en Congresos y Convenciones, quien era nuestra cliente, nos pidió que hiciéramos una boda para una amiga suya en Xcanatún. Nosotros no teníamos el equipo para exteriores, y yo de entrada dije que no, porque no nos dedicábamos a eso. Pero ella insistió, y con nuestro conocimiento previo de iluminación de las materias de cine, televisión y fotografía que tuvimos en la Universidad, que es la gran diferencia con otras marcas, logramos las iluminaciones. Esa fue nuestra primera boda” Martín agrega “Ahí vino otra con Betty, que ya a ella se la pidió un cliente, en el 98, fue en la hacienda Tekik de Regil recién restaurada. Allí conocimos a DJ Chap, que empezaba, y le instalamos el equipo, comenzando una relación. Especializarnos en las haciendas no fue planeado, se dio naturalmente.”
“A ustedes les encanta llevarse con la gente, por eso siempre hacen equipo, con Alejandro Limón, WP de CDMX, por ejemplo, o Badel (Gómez Nechar) de Soirée, quien es el claro ejemplo”
Sin parar la lengua, Dianella relata sin salirse del punto “Casualmente, una vez Badel nos confirmó una «superbodotota» en Xukú para un 30 de diciembre, incluyendo rompehielos y tornaboda un día antes y un día después. Nosotros teníamos un viaje para el 29 de diciembre, así que hicimos scouting previo, definimos las áreas y detallamos qué equipos de iluminación y audio irían en cada lugar. Dimos todas las instrucciones a nuestras cabezas de equipo antes de irnos. Cuando regresamos el 29 de diciembre, al primer evento ya había corrido sin dificultad y todo en Xukú ya estaba armado. Todo fluyó perfectamente bien gracias a la instrucción previa y al conocimiento del “venue” por parte del equipo. En esa boda tuvimos cuatro equipos de audio diferentes simultáneamente, cada uno con riders específicos. orquesta de cámara, la cantante Gina Osorno, un grupo de saxofonistas de Querétaro y un DJ de la Ciudad de México. La iluminación también se adaptó a cada momento y área, incluso iluminando una estructura maya. Fue una boda muy larga, de catorce horas, y la sacamos sin que estuviéramos en el montaje previo”.
“Ya entendí por qué viven acá, llegar a Xukú que está relejos y pasar ese camino de terracería es retador, por eso igual tu bodega está en periférico Martín, se que te encanta estar ahí”
“Y ahí convivo con el personal de Secosur, que lo consideramos familia” Diane añade “el
trabajo que hace cada persona, desde iluminación, audio y video, requiere capacitación previa y especializada, a menudo con gente de México o yendo a clínicas de audio y video. El trabajo en equipo es lo que define la empresa. Fijos tenemos diez, pero hay fines de semana que llegamos a tener hasta treinta personas. Para congresos grandes con plenarias de dos mil personas y varias salas, trabajamos con compañeros del ramo como don Carlitos Amaro, los Álvarez y Luis Castañeda, quienes nos prestan gente los fines de semana, que es cuando hay más” Martín agrega “Esa gente de base tiene seguro y todas las prestaciones, y son coordinadores porque los hemos capacitado constantemente. Además de prestaciones, les damos apoyos directos, comemos todos juntos lo mismo y nos hospedamos en el mismo hotel cuando viajamos”.
“Hablando de familia, están sus gemelas María José, quien se dedica al ‘real estate’ y Marielena, quien se encuentra por aquí, Marielena ¿Cómo es que te incorporaste a Secosur?”
“El acuerdo fue que, dado lo mucho que ya habían invertido en mis maestrías y carrera, yo regresaría esa inversión incorporándome al negocio familiar . Llevo algunos meses, estoy en una etapa de entendimiento del negocio, tanto lo administrativo como lo operativo. Ya me ha tocado operar congresos sola, así que creo voy por buen camino”.
Dianella añade “Los congresos son clave, en un congreso, todo tiene que ser perfecto: el audio, la pantalla, los streaming, los enlaces con Europa . Nosotros tenemos nuestra propia antena de internet. También aportamos valor con nuestras opiniones profesionales sobre cómo solucionar las cosas para mejores resultados, tenemos muchos años de experiencia.”
“Para finalizar ¿Cómo ven a Secosur en el año 2035?”
Martín dice “En diez años, lo veo en manos de Marielena, pero dirigido por nosotros. Con una situación tecnológica mayor y controles de espacios de crecimiento geográfico mejores . Tengo una visión a cuatro o cinco años, no solo diez. Año con año, veo qué haremos diferente y cómo lo propiciaremos. Incluso en los vehículos que usamos, pensamos en operatividad, economía, capacidad de carga y comodidad para los muchachos” Dianella agrega “tenemos que crecer junto con la demanda y el tiempo”.
Entrevista hecha por Mike Peniche